¡FELIZ DÍA DEL TEATRO! 

a todos nuestros amigos, colegas, compañeros, colaboradores y salas.

¡VIVA EL TEATRO! 




¿SABES COMO SURGIÓ? Aquí una reseña: 

«El Día Mundial del Teatro fue creado en 1961 por el Instituto Internacional del Teatro (ITI). Se celebra anualmente el 27 de marzo por los Centros ITI y la comunidad teatral internacional. Varios eventos teatrales nacionales e internacionales son organizados para conmemorar esta ocasión. Uno de los más importantes es la circulación del Mensaje Internacional del Día Mundial del Teatro a través del cual, por invitación del ITI, una figura de talla mundial comparte sus reflexiones sobre el tema del Teatro y una Cultura de Paz. El primer Mensaje Internacional del Día Mundial del Teatro fue escrito por Jean Cocteau (Francia) en 1962.
Primero fue en Helsinki, y luego en Viena, en el 9º Congreso Mundial del ITI en junio de 1961 que el Presidente Arvi Kivimaa propuso en nombre del Centro Finlandés del Instituto Internacional de Teatro que un Día Mundial del Teatro sea instituido. La propuesta, respaldada por los centros escandinavos, se realizó por aclamación.
Desde entonces, cada año el 27 de marzo (fecha de la apertura de 1962 del "Teatro de las Naciones" temporada en París), el Día Mundial del Teatro se celebra en muchas y variadas formas por los Centros Nacionales del ITI de los cuales en la actualidad hay casi 100 en todo el mundo.
Cada año, una figura sobresaliente en el teatro o una persona excepcional en corazón y espíritu de otro campo, es invitada a compartir sus reflexiones sobre el teatro y la armonía internacional. Lo que se conoce como el Mensaje Internacional se traduce en más de 20 idiomas, leído por decenas de miles de espectadores antes de las presentaciones en teatros de todo el mundo e impreso en cientos de diarios. Colegas en el ámbito audiovisual dan una mano fraternal, más de cien estaciones de radio y televisión que transmiten el Mensaje a los oyentes en todos los rincones de los cinco continentes.» Fuente WKP


Mensaje de Brett Bailey para el Día Mundial del teatro 2014 

Donde quiera que haya sociedad humana, el irreprimible Espíritu de la Representación se manifiesta. 

Bajo los árboles de pequeñas aldeas y sobre sofisticados escenarios en grandes metrópolis; en salones 
de actos de colegios y en campos y en templos; en suburbios, en plazas públicas, en centros cívicos y 
en los subsuelos de las ciudades, la gente se reúne en comunión en torno a los efímeros mundos 
teatrales que creamos para expresar nuestra complejidad humana, nuestra diversidad, nuestra 
vulnerabilidad, en carne y hueso, aliento y voz. 

Nos reunimos para llorar y para recordar; para reír y contemplar; para aprender, afirmar e imaginar. 
Para maravillarnos ante la destreza técnica, y para encarnar dioses. Para dejarnos sin respiración ante 
nuestra capacidad de belleza, compasión y monstruosidad. Vamos para llenarnos de energía y poder. 
Para celebrar la riqueza de nuestras diferentes culturas, y para hacer desaparecer las barreras que nos 
dividen. 

Donde quiera que haya sociedad humana, el irreprimible Espíritu de la Representación se manifiesta. 
Nacido de la comunidad, lleva puestas las máscaras y vestimentas de nuestras distintas tradiciones. 
Utiliza nuestras lenguas, ritmos y gestos, y abre un espacio entre nosotros. 

Y nosotros, los artistas que trabajamos con este antiguo espíritu, nos sentimos impulsados a 
canalizarlo a través de nuestros corazones, nuestras ideas y nuestros cuerpos para revelar nuestras 
realidades en toda su cotidianeidad y su rutilante misterio. 

Pero en esta época en la que tantos millones de personas luchan por sobrevivir, sufren bajo regímenes 
opresivos y el capitalismo depredador, huyen del conflicto y la escasez; en la que nuestra privacidad es 
invadida por servicios secretos y nuestras palabras censuradas por gobiernos intrusivos; en la que se 
aniquilan los bosques, se exterminan especies y se envenenan los océanos: ¿Qué nos sentimos 
impulsados a revelar? 

En este mundo de poder desigual, en el que distintos órdenes hegemónicos intentan convencernos 
de que una nación, una raza, un género, una preferencia sexual, una religión, una ideología, un marco 
cultural es superior al resto, ¿se puede realmente defender la idea de que las artes deberían apartarse 
de las agendas sociales? 

Nosotros, los artistas de escenarios y ágoras, ¿nos conformamos con las demandas asépticas del 
mercado, o utilizamos el poder que tenemos: para abrir un espacio en los corazones y las mentes de la 
sociedad, para reunir gente a nuestro alrededor, para inspirar, maravillar e informar, y para crear un 
mundo de esperanza y colaboración sincera? 


Translation: Fernando Bercebal 

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